La fotografía Kirlian.

f kir 7 se produce al tomar una instantánea donde el aire ha sido ionizado. Para ello, simplemente hay que someter al objeto a fotografiar a una tensión de entre 20.000 y 40.000 voltios (lo que se podría conseguir con una bobina de Tesla, por ejemplo), y muy poca corriente – recordad que es esta segunda magnitud la que es capaz de matar. Alrededor del objeto sometido a alta tensión, el aire se vuelve conductivo y permite ver esos rayos tan impresionantes alrededor de los objetos, más aún si la luz ambiental es tenue (fuente).

En el aire existen igual número de cargas positivas y negativas. Sin embargo, cuando son sometidas a un campo eléctrico, los iones positivos y negativos se desplazan con velocidad creciente hacia el lado del campo de signo opuesto. Cuando por azar estos iones acelerados chocan con moléculas sin carga eléctrica neta, las moléculas pueden resultar ionizadas o excitadas. Si la energía transferida por el ión a la molécula es suficiente, la molécula pierde un electrón.

Para el efecto de Kirlian nos interesa más el fenómeno de la excitación. En él, la energía transferida a la molécula no basta para ionizarla, pero sí para desordenar sus electrones. Cuando los electrones espontáneamente se reordenan, devuelven la energía absorbida en el impacto como radiaciones electromagnéticas, que en muchos casos puede percibirse como luz visible, y estos son los rayos (fuente). Estos rayos pueden surgir alrededor no sólo de seres vivos, sino también de cosas inertes.

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