En su libro Malezas comestibles del Cono Sur y otras partes del planeta, publicado por el INTA y escrito de la mano de Ángel Marzocca y Bárbara Drausal, el científico detalla e ilustra 237 especies que se desarrollan en nuestra región, algunas incluso más ricas y nutritivas que la ínfima variedad que estamos habituados a consumir.
En este sentido, Rapoport explicó que “se sabe que muchas de las plantas que hoy comemos comenzaron siendo consideradas malezas: por ejemplo, la avena fue originalmente una maleza de los trigales hasta que se hizo tan abundante que el ser humano se dio cuenta de que, en lugar de eliminarla, era mejor cultivarla. Aunque incluimos sólo un puñado en nuestra dieta, se calcula que habría 20 o 25.000 plantas comestibles”.