Gemoterapia.

Para el común de las personas una gema o un cristal es solamente una piedra o algo bonito para exhibir como adorno para realzar su belleza. Pero qué distantes están de saber la real naturaleza de una gema o cristal, como ser energético y fuente de luz cósmica.
Sabemos que todas las civilizaciones, desde los orígenes, buscaron en las entrañas de nuestra madre tierra, cristales de inusitado brillo o gemas que eran utilizadas para rituales de sanación y como símbolo del poder de Dios en la tierra.
En la actualidad es posible conocer con mayor certeza la acción de las gemas sobre el cuerpo y se están realizando toda clase de estudios sobre este tema.
Tan poderosa es su energía que los terapeutas de muchas disciplinas se están acercando cada vez más a la gemoterapia. Los efectos sanadores de las piedras actúan sobre el cuerpo humano magnificando la energía de los pequeños cristales que componen nuestro cuerpo, normalizando su función.
En términos científicos, las gemas y cristales magnetizan a sus pares dentro del organismo, lo que produce una sensación de relajación y vitalidad.
Los cristales poseen una vibración acorde a la de la tierra, por lo cual la sensación de relajación puede ser atribuida a una conexión vibratoria con ella.
Como verán, la gemoterapia es un tema muy amplio donde se trabaja en varios niveles:
FÍSICO -MENTAL – ESPIRITUAL, exaltando así las energías lumínicas que fluyen en nosotros. En realidad, lo que actúa en los trabajos de gemoterapia, es la energía que la persona que los utiliza es capaz de canalizar.
Si existe una buena disposición de quien trabaja con los cristales y una apertura de parte de la persona que recibe su energía, lo que sucede es que la vibración de ambos se verá incrementada, equilibrada, balanceada, por el poder multiplicador de energías que poseen los cristales.

La diferencia de tamaño entre uno y otro, no altera la calidad energética que éste pueda irradiar. Un cristal de cuarzo (de una sola punta, o dos, o varias como en el caso de una drusa), es capaz de aumentar considerablemente el campo magnético de las vibraciones del punto de cual parten (esto es, independientemente de que sean grandes o pequeños) Sí es importante tener en cuenta la calidad del cristal, pues de ella dependerá la fuerza con que emita las vibraciones (la velocidad de onda) Los cristales más claros y brillantes, son los que poseen mayor potencia, mientras que los opacos u oscuros, trabajan a menor velocidad, si bien algunos pueden tener finalidades más específicas.
La acción de la gemoterapia no es inmediata, sino que requiere de tiempo y paciencia, pero es duradera ya que interviene también en los procesos mentales, ayudando, siempre y cuando cada uno lo permita, a armonizar la energía del pensamiento. En suma, un cuarzo o cualquier otro tipo de cristal puro, puede equilibrar las energías personales como así también de los lugares donde se usan, razón por la cual siempre es útil tener uno cerca, acompañándonos en cada momento.
Como experiencia bastaría, aunque nunca se haya sentido la vibración de la energía, con tomar un cristal de cuarzo claro entre las manos. Si el cristal es lo suficientemente grande o en el caso de que sea pequeño se elegirá entre los de mayor vibración, solo será necesario cerrar los ojos durante unos instantes mientras se respira profundamente y lo que a simple vista parecía inerte, comenzará a mostrar vida.
Esta vibración no tiene un solo modo de manifestarse, pero generalmente puede sentirse en forma de cosquilleo, de latidos, o simplemente como una manifestación de calor entre las manos. Cualquier sensación diferente que se perciba en las manos es válida: lo que se percibe es la energía del cristal.

gemoterapia

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