No es una multa, pero casi, y opino que bien merecida. Podría decirse que unos pagan por otros, pero también es cierto que pocos escaladores cumplen su sueño de coronar el Everest sin dejar tras de sí un reguero de desechos. Por lo tanto, lógico era que una nueva regulación intentara acabar con el “vertedero de basura más alto del mundo” recurriendo a ellos.
¿El vertedero más alto del mundo, en el Everest? Desde hace años, así es. Bautizado así por los ecologistas en un guiño irónico no exento de crítica, además de sufrir el cambio climático, el punto geográfico más alto del planeta está lleno de porquería, sobre todo desde que se convirtiera en destino turístico y su ascenso perdiera la dificultad que tuvo antaño.